
La última peli del director sobre esta operación de rescate que marcó el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial llega el 21 de julio al cine.
Lo que iba a ser un paseo por la playa de Dunkerque se acaba de convertir en una batalla. Han pasado 76 años desde que tuviera lugar en esta costa de decenas de kilómetro uno de los episodios fundamentales de la II Guerra Mundial. Desde aquí se evacuaron a alrededor de 340.000 soldados del ejército aliado en apenas una semana. La operación fue tan complicada y dramática que harían falta unos cuantos episodios del canal Historia para narrarla.
La guerra según Christopher Nolan
Hay diferentes posturas a la hora de abordar un conflicto bélico de forma audiovisual, pero lo más habitual es seguir a uno o varios personajes que sirvan como gancho emocional para que el espectador se implique en la historia. A fin de cuentas, cada día vemos en las noticias auténticas barbaridades -o al menos ahí están, que igual preferimos ignorarlas-, por lo que hace falta un algo especial para que nos afecte. No obstante, aquí los personajes están al servicio de la sensación de agobio que Nolan busca transmitir en todo momento.
Como es normal, todo ello afecta a los propios personajes, que son o transmisores de una idea concreta o el punto de apoyo para incidir más en la intensidad de lo que sucede. Eso sí, aquí no impera tanto la lucha por la supervivencia, que obviamente que la hay, como la sensación de verse desbordados y hacer todo lo posible por seguir adelante. No esperes dialogos largos -y eso que hay un par de momentos que se prestaban a ello- o subrayados en el componente heroico de algunas acciones. Simplemente es lo que hay que hacer.
‘DUNKIRK’ es emocionante y espectacular
No sé hasta qué punto calificaría a ‘Dunkirk’ como vibrante, ya que es cierto que hay escenas más reposadas, pero eso no quita que el clima de intranquilidad esté presente en todo momento, ya sea por los soldados apilados en la playa deseando volver a sus casas o por la ayuda que está de camino y puede que no sepa exactamente qué es lo que les espera. La propia banda sonora recurre con acierto al tictac de un reloj para incrementar ese toque de angustia presente en todo momento y que hace que uno misma sea el personaje más importante de la misma y no cualquiera de los que aparece en pantalla.
Lo que sí es cierto es que le falta ese no sé qué para llegar a ser una obra maestra, ese detalle difícil de concretar que hace que no solamente se te meta dentro, sino que incluso te ponga la carne de gallina en múltiples ocasiones. En ‘Dunkirk’ hay varias escenas que casi lo consiguen y no descarto que el hecho de no haberla visto como la concibió Nolan haya sido clave para que eso suceda.
Este último detalle es importante porque, obviamente, sí es necesaria transmitir cierta confusión por parte de los personajes en ciertos momentos, pero es algo que suele coincidir con escenas con más acción, por lo que nosotros lo que vemos es simplemente cómo se las ingenian para seguir con vida o cómo acaban perdiéndola. A fin de cuentas, estamos en una guerra y vale que se esquiva muy bien el tema de la sangre, pero no se puede prescindir de las muertes, algunas más impactantes que otras, pero todas dentro de un cauce narrativo.
Por lo demás, ‘Dunkirk’’ está rodada de primera, gozando de una gran belleza visual para incidir tanto en los detalles más trágicos como en aquellos más esperanzadores. Cabe incluir que la cinta fue rodada con IMAX 70 MM, lo que hace valorar aun mas el resultado que es espectacular.
